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La música me salva, me mata, me apuñala por la espalda y me vuelve a resucitar. La música manda mi imaginación a dar la vuelta al mundo y volver.Y por cuatro canciones más, estoy ahí. Entre el pop electrónico y los 11 minutos de pista sin letra ni siquiera melodía. Siempre he sido blanda pero me empiezan a gustar las estridencias. Quizás porque me devuelven a aquel frame de irrealidad, a un pequeño universo paralelo. Cambio de género para pisar el freno y relajar. No es momento para bailes ni agitaciones. Tampoco para propósitos. Caducan demasiado rápido. Solo vale la acción. Ahora o mejor callarse. Por eso juego al tetris con las ideas y no consigo eliminar ni una sola linia. Demasiado ruido, demasiados latidos, demasiada imaginación. Es tarde, de nuevo, y el reloj me recuerda que sigue siendo pronto. Otra vez. "Me pregunto quién pensó el guión...".-