Habia olvidado las pequrñas punzadas que deja el recuerdo, el cansancio, los sueños que duran todo el día, vivir con un pie aquí y otro quién sabe dónde, pensar y echar de menos. No tiene sentido pero es así. Mi reloj habla poco y se han perdido las coordenadas. Se fueron los referentes y todo está por inventar. Quizás sea pánico a la hoja en blanco o el miedo a dejar de sentir.-
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